Creo que el universo tiene su manera de devolver el equilibro a las cosas según sus propias leyes, cuando estas se ven alteradas. Los tiempos que estamos viviendo, llenos de paradojas, dan que pensar…(F. Morelli)
Si tenemos en cuenta la máxima délfica del Conócete y conocerás el Universo y a los Dioses, podemos aprovechar cualquier situación de la realidad para seguir haciendo nuestro camino de autoconocimiento, permitiéndonos éste una mayor serenidad, autonomía y plenitud. A la vez, quizás podamos hacer real aquella otra máxima de "no hay mal que por bien no venga".
Podemos, por tanto, hacerlo mismo con la situación relacionada con el Coronavirus. ¿Qué puertas se nos abren con esta situación?
Vamos a englobar algunos de estos posibles recorridos en dos ámbitos: el individual y el social. Empezamos por este último.
A nivel social:
- Paradójicamente, gracias al Coronavirus, estamos reduciendo las emisiones y, por tanto, la contaminación. Entonces, es posible hacerlo.
- Se reduce el consumo. A través de esta reducción, se abre la puerta a volver a aprender a disfrutar a través de experiencias más cercanas (ya que también se reduce el turismo depredador) y sencillas.
- Como sociedad, podemos aprovechar la oportunidad para tomar conciencia de la dimensión precaria, frágil y vulnerable de nuestras vidas y de nuestra red social. Ello nos puede permitir volver a valorar aquellas dimensiones profesionales y no-profesionales relacionados con el cuidado. Volver a poner el cuidado (y todo lo que ello implica) en primer plano, contraponiéndolo a los valores que, desde el patriarcado, se han fomentado. Seguidamente, nos puede facilitar valorar un sistema de salud público, universal y gratuito. Sin embargo, valorarlo no es suficiente puesto que también estamos viendo las repercusiones de los últimos recortes. Por tanto, además de valorarlo, queremos defenderlo y ampliarlo.
- Es un momento para la solidaridad, para compartir, ofrecer y recibir cuidados. El coronavirus nos pone en relación mutua porque nos afecta a todos y nos refleja y muestra nuestra hermandad.
- Es finalmente, un momento para ver cómo, todos/as juntos/as, vivimos y convivimos con el miedo, las esperanzas y la coordinación entre todos/as.
A nivel individual:
- El Coronavirus nos ha parado. Nos ha obligado a parar y, quizás, a hacer algo a lo que no estamos acostumbrados. Tanto colectivamente como individualmente, llevamos un ritmo de vida muchas veces completamente desajustado, demasiado rápido, efectivo y productivo. Este parar nos permite, primeramente, descansar, aprovechar para convertir este tiempo en un tiempo de cuidado (recuperar buenos hábitos de alimentación, movimiento corporal y descanso) y, seguidamente, poner el foco de atención en nuestra vida. Poner la mirada aquí, en nuestra vida, no es algo a lo que le dedicamos tiempo pero nos permite formularnos preguntas fundamentales y, a caso, esbozar alguna que otra respuesta. ¿Cómo estoy? ¿Cómo es el rumbo y camino de mi vida? ¿Me gusto? ¿Qué quiero? ¿Quiero cambiar algo en mí o en mi vida?. Este mirar filosófico no es otra cosa, al igual que la alimentación o el movimiento, que una forma de cuidado, una forma de cuidado existencial.
- Podemos adentrarnos por el camino estoico de la diferencia entre aquellas cosas que puedo cambiar y aquellas otras que no tengo otra que aceptar. Aceptar puede convertirse en un camino liberador, relajado y profundo. Luchar o estar a la greña con lo que no puedo cambiar o controlar es agotador.
- El tiempo con nuestra gente cercana: familia, hijos, pareja o soledad. En cualquiera de estos supuestos se abre un tiempo para la escucha, el compartir y el actualizarnos respecto a la vida del otro.
Como ves, cualquier circunstancia en la vida puede ser aprovechada para hacer filosofía del autoconocimiento, social o individualmente. Ello permite un grado de conciencia que nos facilita profundizar en nosotros y, como repercusión, en el otro y en nuestra forma de vivir y estar en el mundo. Es una oportunidad que, más allá de la situación a la que nos empuja el Coronavirus, estamos permanentemente invitados.